¡Por el amor de Dios! (O no)

Un grupo de extrema derecha en España (10%) sigue en pie de guerra con otro grupo de extrema izquierda de España (10%). Así están desde 1936. Tanto unos como otros no toleran a nadie que no piense como ellos y ODIAN al otro extremo de la balanza. Ambos grupos son INCAPACES de ni siquiera sentarse y llegar a acuerdos, pues creo cada vez más que ninguno de estos grupos extremos estan de acuerdo con la verdadera democracia. En medio, el otro 80 % que puede estar más cerca de un extremo u otro pero que tiende a irse al centro. Este 80% solo quiere trabajar, disfrutar de su familia y de la vida. Pero tiene un problema: suele implicarse poco y no le gusta meterse en follones. Por ello voy a daros una exclusiva: o el 80% de la población que quiere tranquilidad empieza a ponerse las pilas o este 20% de zumbaos de ambos bandos nos mete en otra guerra civil. No queda mucho para que un grupo de anarquistas mate a uno de Vox o que un grupo de cabezas rapadas mate a uno de podemos. A poco que se dejen a ambos bandos campar a sus anchas nos meteran en un nuevo conflicto. Poco a poco, obligarán a que todo el mundo se posicione en una esquina del ring. Antes de que nos demos cuenta, habra un muerto. Luego, otro. Una represalia por aquí. Otra por allá. Un grupo que entra en un convento o en una sede de un partido. Otro grupo que hace lo contrario. Buscad en las hemerotecas los años previos a la guerra civil española. La situación de grave crisis mundial por el desplome del año 29, la falta de empleo, las hambrunas, la ausencia de ayudas, la gran corrupción política generalizada... Leed documentos de esa época, de uno y otro bando. Veréis lo tristemente reconocibles que son algunos artículos periodísticos del año 30, 31, 32...Da pavor.
  Los españoles hemos demostrado, a lo largo de nuestra historia, que carecemos en la la mayoría de los casos de un sentido critico completo. Somos capaces de buscar fallos a la opción política contraria a nuestra ideología pero incapaces de hacerlo con la nuestra. Sólo funciona el "y tú más". El "enemigo" nunca ha hecho nada bien, ni los "nuestros" nada mal. Todo se traduce en crear bandos: o eres de izquierdas o de derechas, del Madrid o del Barca, católico o anticatólico... No queremos nunca convencer al que no opina como nosotros, queremos hundirlo, masacrarlo y reducirlo a cenizas. Cuando ambas políticas, de derechas y de izquierdas, son necesarias y complementarias a mi modo de ver según los contextos históricos, de economía mundial, de crecimiento o recesión... Ningún experimento absolutista radical (de derechas o izquierdas) ha funcionado jamás. Lo fácil y sencillo es el conmigo o contra mi.
Lo fácil es odiar, no negociar, imponer. Llegar a consensos duraderos y en los que nadie gane y nadie pierda de manera completa, es toda una odisea. Y un ejemplo es la memoria histórica. Creo que se deben desenterrar TODAS las fosas comunes. Es cierto que la proporción de republicanos y gentes de izquierdas asesinados es enormemente elevada con respecto a las del bando nacional. ¡Pero tb las hay en el otro bando! Hay, por poner un ejemplo, (y desconozco si es la cantidad real), 15 fosas republicanas por cada fosa nacional. Pues se destina un dinero al año a ese fin y la proporción debe ser desenterrar 15 fosas republicanas por cada fosa nacional. No debe quedar nadie sepultado bajo tierra. ¡Ni un muerto bajo tierra! ¿Alguien duda que los republicanos hubieran hecho lo mismo de haber ganado? ¡Somos españoles, llevamos la envidia bajo la piel Pero si dices esto...¡eres un facha! y si dices que Franco (como Musollini o Hitler) no debe de estar en un sitio público para ser venerados...¡entonces eres un podemita radical y anarquico! Sólo creo en el sentido común y en que todos, absolutamente TODOS hicieron, hacen y haran cosas mal y deleznables. A ver si se nos cae la venda de los ojos, dejamos de hacer el idiota y empezamos a mirar nuestro ombligo que, con absoluta probabilidad, tendrá la misma mierda que el del contrario. A ver si dejamos de ver a lo distinto como un enemigo y más como alguien de quién aprender y evolucionar. ¡Por el amor de Dios! (O no).