El arma de Chejov: Como usarla de manera correcta
Una de las mayores premisas a la hora de corregir un texto o novela es eliminar todo el material que no tenga relevancia en la historia. Este hecho, que parece sencillo y claro de cumplir, no resulta fácil para el escritor. Según el principio del arma de Chejov "Si en el primer capitulo dijiste que había un rifle colgado en la pared, de manera inevitable dicho arma tendrá que ser descolgado en el segundo o tercer capitulo". Si no vamos a usarlo, ¿para que lo queremos colgar en la pared?
Determinados autores evitan, de manera fehaciente, usar esta herramienta en sus historias y dejan todo lo relacionado con las mismas escondido hasta el último instante en el cajón. El problema de esta forma de narrar es que la novela suele volverse previsible ya que aquellos elementos que son mencionados no generan sorpresa en el lector, pues sabe de antemano que van a resultar decisivos.
Durante la planificación de nuestra historia debemos pensar que situaciones, objetos o personajes van a cumplir el cometido de la sorpresa y el engaño, así como cúal debe ser la mejor forma de introducirlos. Con ello, podrás sacar el máximo beneficio y evitar el temido error de escritor novato conocido como "Deus ex machina" (En el momento clave, como aparecido por obra de Dios, la solución se le presenta con facilidad pasmosa a los protagonistas).
El arma de Chejov, cómo cualquier otro recurso literario, está a nuestra disposición para ser usado de manera sabia, con cuidado y dosificación. No en vano es una herramienta valiosa y peligrosa que, mal jugada, puede provocar que nos salga el tiro por la culata.
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