Hemingway y su teoría del Iceberg
Que Ernest Hemingway fue un adelantado a su tiempo es un hecho más que probado. Considerado uno de los padres en la evolución en el mundo de la novela actual, su particular estilo y forma de escribir planteo nuevos caminos a futuros escritores. Y todo ello se resume, entre otras características, en una simple pero efectiva teoría del iceberg.
Gran parte de las historias del genial escritor parecían, a primera vista, nímias y superfluas. Este conseguía, al igual que los icebergs, mostrar sólo una pequeña parte de sus historias (lo que flota) dejando a la interpretación y a la lectura gran parte de sus historias (lo que está sumergido). Para ello, debemos conocer y
dominar todos los puntos de la historia de nuestros relatos, se
lleguen a plasmar en palabras o no.
Si queremos hablar de la muerte, por ejemplo, nos podríamos centrar en el viaje de regreso a su hogar que realiza un hombre para enterrar a su padre, recientemente fallecido, y con él que no tenía buena relación. A traves de esa pelea interna que sufre el protagonista y de la evaluación de sentimientos encontrados, el tema de la muerte será tratado y evaluado sin que llegue, probablemente, ni tan siquiera a ser nombrado.
Uno de sus biógrafos, Carlos Baker, dice
que el escritor aprendió “cómo sacar el máximo provecho
de lo menor, cómo podar el lenguaje y evitar
movimiento residual, cómo multiplicar la intensidad y la forma de
decirle nada más que la verdad de una manera que permite para contar
más de la verdad”.
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