Personajes secundarios
Podría decirse que para narrar una historia nos
basta con un personaje protagonista (aquel a quien le suceden los
acontecimientos de la narración) y una fuerza o personaje
antagonista (que se opone a que el protagonista alcance sus objetivos
o metas). Con esto sería suficiente. En el relato, solamente se
suelen incluir a los personajes principales y no se meten personajes
de relleno. Pero si nos vamos a la novela u otras formas largas,
añadir personajes secundarios a la ecuación le dará mayor
profundidad a la historia. Por no hablar de lo útiles que resultan
para conducir la trama hasta su desenlace. La construcción de
personajes tiene infinitas posibilidades, pero existen una serie de
roles habituales que nos pueden dar pistas cuando tengamos que
construir nuestras historias:
*El fiel amigo. Acompaña al protagonista
en su historia y le ayuda a avanzar en la resolución de la misma. Un
ejemplo de este tipo es Doby, el elfo doméstico de Harry
Potter.
*El ayudante del antagonista. Nos puede
ayudar a crear nuevas tramas y obstáculos para que el protagonista
crezca en su camino hacia el desenlace de la historia.
*El personaje obstáculo. A veces hay
personajes que, sin conocer al antagonista o sin tener relación con
él, le resultan de ayuda porque obstaculizan el camino del personaje
hacia su meta. En Matilda, de R. Dahl, los
padres de la protagonista son un ejemplo claro de este tipo de
personajes.
*El personaje
de impacto. El papel del personaje de impacto es el de
empujar al protagonista para que se ponga en marcha la trama. Cuando
un personaje tiene dudas a cerca de si emprender un camino o no (como
en el caso de Luke Skywalker al principio del Episodio IV de
Star Wars) o se queda estancado porque no sabe qué decisión
tomar, es el momento perfecto para introducir a un personaje de
impacto. No es necesario que este personaje le dé la solución
directamente al protagonista. Es mucho más interesante si le da las
pistas o la clave que le sirvan de ayuda para descubrir por sí mismo
qué camino tomar. Es solamente un pequeño empujón; mejor que el
mérito de la decisión recaiga sobre el protagonista para demostrar
que está aprendiendo y evolucionando.
*El
mixto. A veces podemos mezclar
diferentes tipos de personajes para crear nuevos papeles y añadir
profundidad a la historia. Un caso claro de mezcla de roles lo vemos
por ejemplo en el seudovillano:
el ayudante del antagonista o el personaje obstáculo que hacia el
final de la historia se redime y se convierte en un personaje de
impacto o en un ayudante que le echa una mano al protagonista para
lograr su objetivo.
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