Triste humanidad

Por los niños fallecidos en la enésima matanza en Siria no hay minutos de silencio, ni pancartas, ni postales de "je suis...". Esta humanidad (¡Que grande nos queda el término!) se va a la mierda. Civiles, indefensos, ancianos, enfermos, niños como los mios....Un mundo envenenado donde la eterna avaricia de unos pocos es la ruina de muchos. Un mundo donde una pequeña parte de la población muere por exceso de comida mientras la gran mayoría muere de hambre. Guerras por vender armas, por petroleo, por religión fanática, por poder, por racismo...Un mundo en el que todo el mundo desconfía de todo y de todos, donde nadie ayuda a nadie, donde nos hacemos daño sólo por ver sufrir a los demás. Un mundo donde disfrutamos viendo "esas imagenes duras" de las que nos advierten los locutores de informativos, sabedores de que nuestra tendencia al morbo, mientras que nos escandaliza si vemos a dos personas del mismo sexo dándose un beso. Religiones aprovechadas por fanáticos, depredarores sexuales, pervertidos y psicópatas de todas las edades y credos para satisfacer sus más bajos instintos. Instituciones corrompidas por políticos de todos los signos y épocas, unicamente preocupados por pillar su pedazo de tarta del pastel, sin importarle nada ni nadie. Un mundo contaminado, donde grandes multinacionales frenan con sobornos y malas artes avances en ecologismo y fuentes renovables de energia por mero lucro profesional. Un mundo donde despertamos enfadados, iracundos, disfrutando de ver a los demás sufrir y donde la desdicha de los demás nos ayuda a sobrellevar nuestras miserias. Un mundo donde esta foto se encuentra en tu muro al lado de una receta de cupcakes (o magdalenas) de vainilla de mierda. Un mundo donde seguimos antenponiendo lo material a lo esencial, lo aparente a lo inherente, lo relativo a lo realmente importante. Un mundo donde en algunos deportes un solo equipo gasta en un jugador el equivalente a construir un hospital o seis escuelas. Un mundo donde se intenta erradicar el talento por parte de una mayoría gris de mediocres que no quieren sentirse mal ni esforzarse. Un mundo donde no merece la pena mojarse contra las injusticias porque probablemente acabes tú mismo siendo ajusticiado. Un mundo donde siempre ganan los malos. Un mundo oscuro, frío y cruel. Despiado. Atroz. Un mundo que, bajo mi punto de vista y a mi pesar, no creo que merezca la pena ser salvado. 


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