¿Eres un mal escritor?

 A todos nos asaltan ciertas dudas cuando empezamos a desarrollar cualquier nuevo proyecto. Si además es algo relacionado con el campo artístico, esas dudas se convierten en muchas ocasiones en terribles gigantes casi imposibles de superar. Siempre que acabo alguna obra (al margen de su tamaño), me preguntó si soy o no un buen escritor. Hoy nos adentraremos en esa cuestión pero desde el punto de vista opuesto: el del mal escritor. 
 Los malos escritores empiezan sus obras pensando en el gusto de los demás, en el factor comercial actual o en aquellos aspectos que están de moda. Hoy día, por ejemplo, la novela erótica enfocada al público femenino ha sufrido un auge posterior a la saga E.L. James "Cincuenta sombras de Grey". Un ejemplo de justo lo contrario es George R.R. Martin, con su "Canción de fuego e hielo", que empezó su redacción con el mundo de literatura fantástica pasando su peor momento en décadas. 
 Son intermitentes, dejando que la inspiración les guie. Todo aquel que aspira a ser escritor sabe que la disciplina y la constancia son básicas para cualquier tarea y la escritura no es una excepción.
 No leen o lo hacen poco, siendo además excesivamente críticos con cualquier otro escritor que no sean ellos mismos. Sufren mal las críticas y no intentan mejorar, ya que se creen en posesión de un don divino incuestionable. Culpan a los demás de sus fracasos (o de sus expectativas no conseguidas) y creen en confabulaciones e historias rocambolescas sobre amaños y contubernios varios. Todo, por supuesto, en su contra e impidiendo que su carrera avance.
 Por último y no por ello menos importante, nunca jamás acaban lo que empiezan. Siempre encuentran excusas, nunca cumplen plazos y jamás terminan nada. Así se consigue no exponer tu obra al mundo exterior y aislarte en su plácida burbuja. 
¿Y tu, te reconoces en estas características?





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